Los grandes diarios de referencia en el mundo (The Washington Post, The New York Times, The Times, El Mercurio, El País, Zuercher Zeitung, Le Monde, Frankfurter Allgemeine, entre otros), los canales internacionales de emisoras radiofónicas (BBC Internacional, La Voz de América, Radio Vaticano), y los canales televisivos vía satélite (Japan Broadcasting Corporation, ABC News, Al Jazeera, BBC News, CGTN China, Euronews, Bloomberg Tv…) elaboran y difunden cientos de noticias de sus respectivos países y también de otros, en la denominada sección de Internacional.
En ocasiones, el papel jugado por las noticias internacionales ha sido importante. Memorable es el caso de Janaurius Aloysius Mac Gahan, periodista del Daily News. Sus crónicas de 1876 sobre las atrocidades cometidas contra la población cristiana del sur del Bulgaria, por parte del Imperio Turco, incitaron al gobierno británico, entre otros, a tomar cartas en el asunto. A partir de ahí se reorganizó el mapa europeo, con el nacimiento de varias naciones.
También la hábil publicación del telegrama de Ems por parte de Bismark provocó la guerra franco-prusiana de 1870. Los ejemplos pueden multiplicarse por todo el orbe mundial. De esta forma, los medios de comunicación han conseguido que los gobiernos actuarán en un sentido u otro. En el primer ejemplo, Benjamin Disraeli modificó su política pro-otomana, por las informaciones independientes de un diario. En el segundo, la manipulación del telegrama encendió la espoleta de la guerra franco-prusiana deseada por Bismark.
Los medios pueden trabajar en favor de los intereses de los gobiernos de sus países o actuar de forma independiente. En estos últimos casos no siempre logran que sus informaciones modifiquen comportamientos de los gobernantes.
Así ocurre con las informaciones sobre la falta de derechos humanos en China. Estas no impiden a los gobiernos occidentales mantener sus relaciones con el gigante (¿mundial?) asiático. Recordemos a la prensa francesa: fue crítica con la asistencia de su presidente Nicolas Sarkozy en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín (2008), pero desoyó a los medios.
Las noticias internacionales siguen los mismos parámetros periodísticos a los de otras secciones periodísticas: novedad, relevancia, conflicto y consecuencias. Esto supone que un buen número de países quedan sistemáticamente fuera de la agenda internacional. En muchos estados se viven conflictos armados, de los que apenas se informa. Los conflictos carecen de relevancia internacional. Las consecuencias para el país del medio de comunicación suelen ser escasas. Por eso esas “zonas geográficas” no son noticia o lo son rara vez.
Ahora bien, la información internacional debería ser una prioridad de los grandes medios y de los gobiernos de los países. Para los primeros, porque su prestigio crece en función de la calidad de sus informaciones internacionales. Para los segundos, porque un trabajo periodístico elaborado de forma independiente es un buen complemento a las tareas realizadas por el cuerpo diplomático de un país. Es más, en ocasiones puede mostrar los fallos o despistes que cónsules o embajadores estén cometiendo al desconocer una realidad. Por otra parte, la variedad de fuentes en las noticias internacionales facilita que éstas puedan ser utilizadas como conocimiento experto por parte de los gobiernos. También sirven para medir cuál es el estado de la opinión pública internacional. Por eso son importantes las noticias internacionales.
En contrapartida, para la diplomacia, la sección de internacional puede ser un problema. Lo abordaremos en una próxima entrega.
Fernando Martínez, catedrático de la Universidad Pontificia de Salamanca (España)